La visión del perro



En primer lugar, debemos señalar los perros tienen retinas pobladas mayormente por conos, ven mejor en la oscuridad que los humanos, y su visión está orientada al movimiento. Esto se debe a que cuentan con una increíble capacidad de dilatación, la cual posibilita que cualquier tipo de iluminación, así se trate de la luz más tenue, estimule la retina. En la retina se encuentra el tapetum lucidum, que es una capa de células reflectantes que le permiten al canino desarrollar una asombrosa visión nocturna.


Este conjunto de células se encuentra en la mitad superior de la retina, su parte inferior se conoce como tapetum nigrum, el cual está conformado por pigmentos oscuros. Esto es lo que hace que los ojos de estos hermosos animales brillen en la oscuridad y sean sumamente sensible a los reflejos de luces inesperados.


También algo importante es que tienen una mayor facilidad de profundidad y distancia en el movimiento; los ojos de los perros están en un ángulo de 20 grados. Esto aumenta el campo visual, es decir, la visión periférica del perro. Pero esta mayor visión periférica compromete la cantidad de visión binocular, donde el campo visual de cada ojo se superpone con el del otro, lo que confiere percepción de la profundidad y distancia y, por lo tanto, los perros tienen mejor visión binocular cuando miran directamente hacia delante. Esto los hace uno de los animales con mayor capacidad para este fin, hasta el punto en que ellos pueden determinar diferentes tipos de objetos en movimiento a una distancia de hasta 100 metros.